Sabado,4 de febrero
Observar las propias emociones es una manera para comprender que energías llevamos dentro.
Las personas que se dejan llevar fácilmente por la ira,caminan con enormes pesos y se fatigan en cada paso; ya que sus vidas no son serenas y ven obscuridad en todas partes. El celo excesivo por las cosas materiales impregna la mente de preocupaciones y malestares. El miedo de perder algo que se cree propio se vuelve así una idea fija. Con la propiedad se crea un legado entre el espíritu y la materia,que alimenta aquellas cualidades negativas que juegan a favor del ego,como la avidez y la sed de poder.
No olvidemos que en el momento de nacer,nos convertimos en huéspedes del mundo y todo nos fue obsequiado,donado con el fin de poder hacer una nueva experiencia de vida.
Demos gratitud por esta hospitalidad,dejando ir aquellos legados que no dejan serenidad en nuestro vivir.
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